Una vez más, en MundiPadel contamos con la escritura en exclusiva del entrenador de pádel Fabio Pablo Romojaro López. Después de hablarnos de multitud de temáticas relacionadas con este deporte, en esta ocasión se centra en la calidad del entrenamiento. Recordemos que esta temporada será el entrenador de jugadores tan conocidos como Franco Stupaczuk, Fede Quiles, Chico Gomes y Agustín Gómez Silingo.
Calidad en el entrenamiento, efectividad en el tiempo
Hay que sufrir en el entrenamiento, y otras frases del estilo, ya que es la religión en los gimnasios. Ello nos hace pensar que en el momento de ponernos a entrenar, estemos tan motivados que casi creamos a ciencia cierta qué es lo correcto y entrenemos hasta desvanecernos.
Seguramente debido a uno de los principios del entrenamiento bastante famoso conocido como el Principio de Adaptación. Este principio se basa en la Teoría de Adaptación General de Seyle, que resumiendo nos viene a decir, que el organismo ante un estado de alarma o estrés (como puede ser un ejercicio intenso) produce unas respuestas adaptativas. Tras una disminución previa del rendimiento a consecuencia de dicho estado de alarma, genera una súper compensación que incrementa determinadas capacidades por encima de sus niveles previos.
Así de pronto, sería correcto pensar que tenemos que crearle al organismo múltiples estímulos generadores de fatiga para producir una mejora en el rendimiento. Con toda esta información se han realizado programas y planificaciones en el entrenamiento, (desde mi punto de vista) agotadores y en ocasiones sobrehumanos con la excusa de incrementar la capacidad física de los deportistas.
Sea de bien reconocerlo que prácticamente no estamos ninguno a salvo de este tipo de entrenamiento a lo largo de nuestra etapa o vida deportiva. Con el fin de optimizar la preparación de los deportistas, son varios los autores, González-Badillo, Gorostiaga, Arellano e Izquierdo entre otros, los que han investigado los efectos de la aplicación de cargas de entrenamiento, analizando programas de entrenamiento de fuerza idénticos, siendo los volúmenes de trabajo diferentes.
Así desde hace tiempo, y debido a las hipótesis concluyentes de diferentes autores, los entrenamientos de volúmenes reducidos llegan a incrementar el rendimiento en el deportista siendo más efectivos que los programas que emplean grandes cantidades de trabajo. La balanza se inclina en base a la “CANTIDAD DE CALIDAD”