Una vez más el entrenador de pádel Fabio Pablo Romojaro López vuelve a escribir en exclusiva para MundiPadel, en esta ocasión lo hace sobre las claves en las diferentes etapas del deporte. Recordamos que esta temporada será el entrenador de jugadores tan conocidos como Franco Stupaczuk, Juan Restivo, Chico Gomes, Delfi Brea, Agustín Gomez Silingo, Martín Di Nenno, Pablo Lijo y Fede Quiles.
Claves en las diferentes etapas del deporte
Actualmente la actividad física está extendida en todas las etapas de la vida (niñ@s, adultos, tercera edad). La práctica de ejercicio físico realizado de forma sistemática en buenas condiciones, ayuda al desarrollo armónico del niñ@. Por el contrario si se practica irregularmente y sin los cuidados pertinentes, puede influir negativamente en su crecimiento. La actividad que se realice debe estar adaptada a su edad biológica para no perjudicar su desarrollo morfofuncional, por lo que hay que evitar una especialización precoz.
Es imprescindible ver las diferencias que existen a todos los niveles entre un niñ@ y un adulto para poder marcar correctamente las pautas de entrenamiento en estas edades. La actividad física en un niñ@ debe tener como objetivo principal favorecer el desarrollo general y armónico de todos los sistemas, y para ello, es necesario que no sigan los mismos principios que en el entrenamiento de los adultos. De esta forma, nos vemos obligados a insistir y recordar las diferencias entre el niñ@ y el adulto:
Diferencias metabólicas y hormonales: Debido a que el cuerpo del niñ@ está en un proceso de crecimiento constante, sus recursos energéticos son utilizados mayoritariamente en este proceso. Es por ello que una actividad excesiva puede perjudicar el proceso de crecimiento utilizando esos recursos energéticos para las exigencias propias de la actividad. Además, el sistema hormonal se va desarrollando progresivamente en estas edades, condicionando de forma directa el desarrollo del metabolismo anaeróbico y la fuerza.
Diferencias antropométricas: Como ya hemos dicho antes, el crecimiento es constante, y el niñ@ se encuentra con un cuerpo que cambia diariamente de proporciones. Así pues, se ve sometido continuamente a un proceso constante de adaptación a su nuevo cuerpo.
Diferencias en el aparato locomotor: Tanto las estructuras óseas como las musculares y tendinosas, todavía no están desarrolladas por completo y, debido a ello, la resistencia que pueden ofrecer a las cargas es limitada. Estas cargas pueden afectar a las mencionadas estructuras a través de lesiones de consecuencias negativas para el correcto desarrollo del niñ@.
Diferencias en el sistema nervioso: En estas edades, la capacidad de asimilación del niñ@ está en pleno desarrollo, y es por tanto, el momento adecuado para aprender las bases motoras que posteriormente permitirán el rendimiento en cualquier disciplina deportiva. Es decir, el entrenamiento de un niñ@ debe ser de una gran riqueza motora, con gran variedad de experiencias y movimientos.
Diferencias sociales: La práctica deportiva se ve condicionada por factores extrínsecos al niñ@ (padres, amigos, profesores…) debido a que este todavía no es independiente y no tiene autonomía para decidir la actividad física que desea realizar.
Diferencias psicológicas: Los intereses de un niñ@, evidentemente, son diferentes a los de un adulto, es por esto, que sus responsabilidades, valores y motivaciones respecto al deporte varíen de los del adulto, y esto influirá directamente en el entrenamiento. Viendo estas diferencias podemos estar en condiciones de dar un paso adelante y poder marcar las bases que condicionen el entrenamiento en estas edades. Estas bases deberían adaptarse al desarrollo fisiológico del niñ@ y no al cronológico.