La primera edición de la World Padel League ha llegado a su fin. Una liga que no ha estado exenta de polémica, al tratarse de una especie de mezcla entre pádel, música y espectáculo. Dubai se ha teñido de pádel del 8 al 11 de junio en el Coca-Cola Arena donde se anunció la participación de gran cantidad de jugadores y jugadoras de lo alto del ranking.
Un formato en medio del calendario oficial del World Padel Tour de la temporada 2023 que ha tenido a muchos jugadores y jugadoras tocadas o de baja por lesión. Aunque no sea una competición de alto rendimiento como los torneos habituales, las críticas se han hecho oír al no ser la mejor recuperación para sus lesiones. Al igual que una organización en la que ha primado el pádel a partes iguales que la música (con grandes artistas como Simple Red, Nicky Romero o Dj Nano) y la exhibición de juego.
Sea de la manera que sea, la World Padel League ha sido un evento por equipos con cuatro conjuntos: Jaguars, Cheetash, Panthers y Tigers. Los enfrentamientos directos necesitaban sumar el mayor número de juegos posibles compuestos por partidos mixtos, femeninos, masculinos y otros con un jugador local. Algo que ha supuesto un atractivo, incertidumbre y grandes críticas.
La primera final de la historia de la World Padel League estuvo marcada por la exigencia de un formato bastante diferente. Requería que los jugadores y jugadoras adaptarse a la competición en una regla que decía que “el equipo perdedor, en el último partido, podría llegar a igualar y forzar un tie-break final por el sistema de puntos”. Lo cual suponía no bajar la guardia en ningún momento.
Finalmente, los Jaguars se impusieron por 21 a 17 a los Panthers para proclamarse los campeones de la primera edición de la World Padel League. Un equipo compuesto por Alejandra Salazar, Gemma Triay, Carolina Navarro, Franco Stupaczuk, Momo González, Ibrahim Alabdulla y entrenado por Neki Berwig.